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Artritis psoriásica: Qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

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La artritis psoriásica es una enfermedad de las articulaciones que se presenta en aproximadamente un 10% de pacientes que padecen psoriasis en la piel. En algunos casos, aparece antes la artritis y las lesiones cutáneas se desarrollan con el paso del tiempo, y en otros, la afectación de la piel no se produce a pesar de padecer la enfermedad articular. Según datos del estudio de prevalencia de las enfermedades reumáticas en la población adulta española (EPISER 2016), la prevalencia de esta enfermedad es del 0,58%.

Síntomas

La lesión articular es inflamatoria, es decir, cursa con dolor, hinchazón, calor, dificultad de movimiento de la articulación inflamada y con el tiempo posibilidad de deformación.

Se trata de una enfermedad crónica que evoluciona de manera irregular a lo largo de la vida alternando épocas de inactividad y otras de inflamación y dolor. La artritis psoriásica se inicia lentamente y la forma de manifestarse es diferente para cada individuo, pero los expertos han establecido cinco formas de aparición, aunque se pueden superponer algunas de ellas en algunos pacientes:

  • Artritis oligoarticular asimétrica, que afecta a unas pocas articulaciones de las extremidades. Es la forma más frecuente.
  • Artritis que afecta principalmente a las interfalángicas distales de las manos.
  • Artritis simétrica similar a otra enfermedad articular llamada artritis reumatoide.
  • Artritis mutilante, que es muy rara aunque destructiva y deformante.
  • Artritis que afecta a la columna y articulaciones de la pelvis o sacroilíacas de forma similar a otra enfermedad reumática llamada espondilitis anquilosante.

En ocasiones, la artritis psoriásica puede afectar a otras partes del cuerpo diferentes de las articulaciones como pueden ser el ojo o el hueso. En este último, las lesiones aparecen principalmente en la inserción de los tendones y de los ligamentos. Es frecuente la inflamación de la inserción del tendón de Aquiles en el hueso calcáneo (talón).

La gravedad de la artritis no tiene relación con la extensión de la lesión de la piel. El principal síntoma dérmico de esta patología es la aparición de placas de piel enrojecida bien delimitadas, cubiertas de escamas blanquecinas y que frecuentemente se distribuyen de forma bilateral afectando a zonas de roce como los codos o las rodillas. Los síntomas articulares son comunes a cualquier tipo de artritis (dolor, calor, enrojecimiento, incapacidad de movilizar la articulación y, en ocasiones, deformación de la misma). Sin embargo, hay tres cosas que la diferencian del resto de las artritis: la afectación articular acostumbra a ser asimétrica, es decir si se afecta una rodilla no acostumbra a estar lesionada, simultáneamente la otra rodilla; lesiona las articulaciones interfalángicas distales (las que hay junto a las uñas); produce una inflamación conjunta de las articulaciones y de los tendones de los dedos, conocida como “dedo en salchicha” o dactilitis.